5 SIGLOS DE CRIOLLISMO MILITAR: MUCHA TARA Y POCA VIRTUD
Antauro Humala Tasso
"Hasta fines del s. XIX, cualquier oficial peruano podía desempeñarse sin dificultad en cualquier regimiento occidental, sea europeo o norteamericano. Pero ahora, desde la 2da. mitad de un s. XX nuclear, espacial y bacteriológico, los generales peruanos ya ni pueden sentarse a la misma mesa con sus colegas europeos o norteamericanos para discutir problemas estratégicos. Hablan idiomas técnicos completamente diferentes, emplean medios tan distintos como la artillería intercontinental y las catapultas. El monopolio de la energía nuclear y su elevado costo, menguaron a las FFAA subdesarrolladas, relegándolas a un sub nivel de analfabetismo tecnológico, a la situación alterna y poco gallarda de ejércitos domésticos. Eso es lo único que pueden modernizar: su domesticidad o colonialidad". (My. Víctor Villanueva: "100 años de Ejército Peruano").
PÓLVORA, ACERO Y CABALLERÍA En su obra "La Guerra de los Wiracochas" J. J. Vega describe las primeras entrevistas entre mandos hispanos e incas, percibiéndose el interés mutuo de escudriñarse respecto a sus elementos bélicos, cada cual haciendo "inteligencia militar". A los europeos les interesaba –aparte del oro- los pormenores de la guerra civil incaica así como la cantidad de efectivos de la División Rumiñahui, acantonada a una legua de Cajamarca. A los inkas les interesaba la caballería, las armas de fuego y el hierro. Narra Pedro Pizarro que lo que más "emocionó" al curaca Chirimasa de Tumpis, en su entrevista con Pedro de Candia, fue "el tiro de arcabuz", al punto que vertiendo chicha en el cañón aún humeante, exclamó: "¡bebe, que eres semejante al trueno del cielo!". En otro episodio, describe la impresión que embargó al embajador Tito Atauchi (hermano de Atahualpa) durante la entrevista que tuvo con el Alto Mando pizarrista, en la cuesta de Tangarará, cuando tuvo entre sus manos una alabarda de hierro: "el noble orejón quedó absorto y se solazaba tocando el acero". El informe emitido a Atahualpa concluía que la esencia del poderío invasor lo constituía la caballería y luego "los illapas" (truenos) en referencia a las armas de fuego. Sin caballos -concluía Tito Atauchi- "bastan algunas sogas para traerse a los barbados man-cornados". Eso explica el interés de Atahualpa en "matar a los españoles, perdonando solamente al herrero, al hacedor de fuego (pólvora), al amansador de caballos y al barbero"(1).
ARCABUZ JAPONÉS Mientras que en los andes se enfrentaban la infantería cobriza Vs. la caballería y artillería blanca; al otro lado del mundo, en el "Cipango" (Japón) de 1543, un barco europeo arribaba por vez primera. Se trataba de un navío comercial portugués que encalló en la isla Tanegashima. Ahí, el Shogún local los auxilió y luego de hacer reparar la nave los despidió hacia Katay (China), su destino original. El capitán portugués, agradecido, le hizo una demostración de arcabucería que fascinó al monarca, el cual inmediatamente le trocó esos 3 (únicos) arcabuces por "su peso en oro y plata". A los 2 años retornaron los portugueses en varios navíos "atestados de arcabucería" esperanzados de realizar un gran negocio… pero se dieron con la sorpresa que el Shogún ya no estaba interesado, pues ¡ellos ya fabricaban sus armas de fuego "made in Cipango"! Efectivamente, los herreros -especializados en forjar espadas samurais- habían logrado determinar el tratamiento térmico para aumentar la resistencia del acero y manufacturar arcabuces superiores
a los "originales" en precisión y alcance. Treintidós años después, la batalla de Nagashimo (1543) cambiaría la historia japonesa. Ahí, la poderosa caballería de 6 mil samurais cargados de armaduras al mando del Shogún del clan Takeda, es aniquilada, mejor dicho "acribillada", por 2 mil arcabu-ceros ("plebeyos a pie") del clan Oda.
ANTE EL DESNIVEL EN TECNOLOGÍA Y FAUNA… EL RECURSO DE GEOGRAFÍA Y FLORA Si consideramos que el caballo es oriundo del Asia(2), así como que la pólvora -descubierta en China- para el s. XIV había sido "importada" por Marco Polo a una Europa cuya metalurgia dominaba el hierro, lo cual, conjugada con el Renacimiento científico de Occidente (s. XV), determinó el génesis del arma de fuego(3)… pues se verá la diferencia con un Tahuantinsuyo de la Edad del Bronce, "peatón" y desconocedor de la pólvora. Sin embargo, los capitanes inkas se esforzaron en dominar no sólo el "uso" de las nuevas armas, sino también su tecnología. En aquellos 40 años de incesante batallar (Cajamarca/1532 hasta Vilcabamba/1572), la resistencia llegó a organizar una caballería(4) "semi acorazada" y hasta contar con arcabuces y artillería "capturados" que lamentablemente fueron destruidos al desconocerse su técnica de empleo. Un dato interesante lo tenemos en los días previos a la batalla de Chupas, entre almagristas y pizarristas, cuando Manco Inka -desde su cuartel de Vilcabamba- le remite al mestizo Almagro (el Mozo) "grandísima cantidad de cotas, alabardas, celadas, arcabucería y demás vituallas capturadas"(5). Ante la brecha tecnológica (más allá de los estragos del "indios contra indios") es que los remanentes de las FFAA incaicas se refugian en la Selva Alta para neutralizar, por lo abrupto de la geografía y espesura de la floresta, la ventaja equina y tecnológica de Occidente. Es en el teatro de operaciones "ruparupa", donde perdurarían -a veces en forma invicta- las respuestas bélicas "no convencionales" al colonialismo: la Vilcabamba de Manco Inka (30 años), el Pichanaki de Juan Santos Atahualpa (10 años) y en cierta medida el Vizcatán de los "felicianos" (20 años).
CHIMPANCÉS AMAESTRADOS La "inserción" colonial del Tahuantinsuyo bajo las figuras de "Virreynato" y "República", determinó el cese de la investigación científica y desarrollo tecnológico propios. Desde entonces la "modernidad", empezaría a "importarse"… degenerando al país en "calcador y copiador". Simple usuario, al estilo del chimpancé amaestrado que "usa" con habilidad la bicicleta fabricada por sus amos, casi en forma análoga a nuestros cholificados "ases del volante" de combis y ticos. En tal escenario de permanente "Nueva Ola Foránea", la creatividad nativa sólo puede refugiarse en la piratería del tipo "clonadores de chips" de Telefónica o copiadores de CD’s. Vale decir que desde que el último amauta elucubrara las dimensiones trigonométricas del último complejo de andenerías, desde entonces las neuronas locales no inventan nada. "Cero posibilidades" de lograr un Nóbel en ciencias. Baste ver la crisis de proteínas, salarios y currículas en la Educación Peruana. Y este drama, derivado del subdesarrollo, también mostraría sus secuelas castrenses.
LA PÓLVORA TUPACAMARISTA Todo este "colonialismo tecnológico" se iría agravando conforme se agrandara la brecha respecto a la industrialización europea. Por ejemplo, Túpac Amaru mitigó sus desventajas técnicas respecto al Ejército Convencional del mariscal del Valle, aprovechando las fundiciones artesanales mineras que le permitieron fabricar cañones "pedreros", que de alguna manera competían con la artillería convencional del ejército realista. Además, la fabricación de pólvora era local. Esa "semi autonomía" permitió el triunfo de sus mosquetes en Sangarara. Sin embargo, fue la pobrísima técnica de empleo de esa "artillería informal" lo que determinó el desastre de Checacupe. Ahí, Túpac Amaru, agobiado ante la ineficacia de sus tiros, opta por darle el "mando" de los cañones a un oficial español, prisionero, el cual simplemente se encargó de desviarlos "técnicamente" aún más. Al día siguiente el Inka -desconocedor de ángulos, derivas y balística- era capturado en Langui.
EL ESPOLÓN DEL HUÁSCAR Pero, las secuelas de esa dependencia no sólo serían inherentes a guerrillas y montoneras que simplemente se adecuaban a la "guerra no convencional", sino también –y con peor consecuencia- en las FFAA de Línea. ¿Se ha preguntado –amigo lector- el porqué Miguel Grau se ve obligado a recurrir, en casi todos sus combates, al "espolón" del Huáscar? Pues, por el simple hecho que su artillería naval "no acertaba una"... no necesariamente por ignorancia -que no lo eran- sino por su naturaleza mercenaria. Efectivamente, la tripulación del Huáscar era de 226 individuos, de los cuales 72 (32%) eran ingleses, entre ellos 7 de los 8 maquinistas y 31 de los 32 artilleros. Eran extranjeros los que dominaban el aspecto tecnológico del Huáscar, nada menos que en el tiro y en el andar… o sea en todo. Si se agrega la tácita alianza anglo-chilena, entonces nada más "lógico" que de los 112 disparos del Huáscar, realizados entre Pisagua y Angamos, apenas haya habido una efectividad de 12%. ¿Y el personal peruano? La tropa, como domésticos en panadería y cocina, o en el mejor de los casos lampeando carbón, refregando pisos, como vigías o alcanzando las granadas a los gringos. La oficialidad, más que todo para desfiles(6), tácticamente deficiente ("auto hundimiento" de la Independencia) y dependiente técnicamente de los extranjeros. Obviamente que un estratega de la calidad de Grau, desesperado entre mercenarios extranjeros y "chimpancés nativos", sólo podía recurrir al espolón, al estilo de los trirremes atenienses contra las naves persas en Salamina.
¡FALTAN "VOLUNTARIOS", TRAIGAN MÁS SOGAS! Carente de industria nativa, hasta aquel Servicio Militar "obligatorio y universal" (tal cual era la norma en Europa) sólo podía caricaturizarse aquí. Mientras que el maquinismo occidental producía pertrechos "en serie" para la población "en masa", como elementos básicos de la Nación en Armas evocados en la "leva en masa" de la Marsellesa(7) y en el "ciudadano armado" del Far West norteamericano… aquí, a las justas los arsenales podían equipar a unos cuantos millares de tropas desnutridas, y, aún suponiendo una importación masiva de fusiles, resultaba "suicida" tener a la indiada armada, pues vislumbraba la insurgencia etnocultural. En sus "Memorias", Cáceres refiere que la Guardia Nacional (reserva) era de 60 mil efectivos, sin embargo apenas combatieron 8 mil en los Reductos, casi todos bajados a Lima como forzados ("¡faltan voluntarios, traigan más sogas!"). Así se explican las deserciones masivas desde San Francisco hasta Miraflores(8), por una tropa "de color" para quien los piérolas y prados rememoraban a los almagros y areches. Ya en la Campaña de la Breña, pese al protagonismo del Perú Profundo, la pauta que marca el desastre de Huamachuco, más allá de la traición criolla, fue ¡la escasez de munición "importada"!
EJÉRCITO CHATARRERO En ese caos de dependencia y crisis de identidad, es que llegarían las misiones militares francesa y norteamericana, cada cual a "modernizar" el subdesarrollo de nuestras FFAA. Todo un s. XX, importando chatarra extranjera: "Si la marina de EEUU, en su permanente proceso de renovación de equipo, decide desmantelar algunos buques para venderlos como chatarra, prefiere aceptar la alternativa que le ofrece el Dpto. de Defensa, para transferirlos a altos precios –dinero que luego emplean en la construcción de buques modernos– a los países que reciben la ‘ayuda’ en cumplimiento al programa de asistencia militar. Así, paradójicamente, la Ayuda Militar sirve para financiar la modernización de las FFAA norteamericanas, ya que las nuestras se modernizan con el desecho yanqui" (V. Villanueva: El CAEM y la revolución de las FFAA). Muy bien podría aplicarse este párrafo de hace 35 años a la reciente adquisición de fragatas Lupo,
"a 16 millones la unidad, a 30 el par", que no son más que carcasas dadas de baja por la Armada Italiana (pero que no dejan de dar la respectiva "coimisión"). Esta fenomenología acarrea que ejércitos como el nuestro "destaquen" como pintores de cuadras, en vistosos desfiles o como cuidadores de jardines, para "inspecciones de papel" en las que se auto engañan estar "siempre listos y operativos"… como en la víspera de 1879, para luego lamentar la clásica "improvisación". Al respecto, basta revisar los partes de la guerra peruano-colombiana en el Putumayo de 1932, para verificar que el eco de Huamachuco seguía retumbando: "Hice desenterrar los viejos cañones del s. XIX, ya inservibles y los coloqué para la defensa de Leticia, con latas vacías hice ‘minar’ el río… todo esto era puro bluff, porque ni los cañones servían, ni las latas eran minas. En cuanto a los cañones ‘modernos’, eso fue de antología: una vez emplazados se hizo el 1er. tiro de ensayo, vaciándose el freno recuperador y sin ningún técnico que entendiera de ‘esas cosas’, los oficiales nos mirábamos absortos, como analfabetos. Como se carecía de líquido de frenos así como de manómetros, estos se ‘solicitaron’ a Lima. Ante el inminente ataque colombiano, se optó por amarrar el tubo del cañón con soga, apto para hacer un único disparo. ¡Peor que en los tiempos de la mecha! Sólo quedaba encomendarse a los dioses y cumplir nuestro deber en ese matadero. Maldecíamos los estúpidos reglamentos de situaciones que no vivíamos y medios que no teníamos" (9). Como prólogo de este colonialismo castrense, tenemos la "extraterrestre" currícula de la Escuela de Guerra ¡del s. XXI!, que sigue contemplando maniobras con efectivos y medios fabulosos, del tipo "Overlord", que sólo vemos en los film de Spielberg.
PROYECTO VELASQUISTA Es con Velasco que recién hubo un proyecto nacional que al contemplar la autosuficiencia in-dustrial, regeneró el criterio de Defensa Colonial en uno de Defensa Nacional. Entonces surge la empresa estatal Moraveco que llega a producir chasises vehiculares, INDUMIL (Industrias Militares), FAME (Fábrica de Municiones) y el SIMA (Servicio Industrial de la Marina) que logran fabricar metralletas "made in Perú"… entonces Chile es puesto a la defensiva en la geoestrategia del Cono Sur. Claro que un proyecto de tal envergadura requería décadas y no los pocos años que "aguantó" Velasco. Simultánea a la traición de Morales Bermúdez, en Chile, Pinochet impulsaba una política de industrialización militar que lograría producir las cotizadas "bombas de rácimo" (CARDOEN), de gran demanda en Asia y África.
…TRAICIÓN FUJI-TOLEDISTA Es con la "nueva ola" globocolonial que desde Washington decretarían la extremaunción de las FFAA subdesarrolladas, entre ellas las del corral "perú" del Patio de Atrás: remate de cuarteles, extinción de tropa, "chatarrerismo" de los pocos pertrechos de la época de Velasco… todo eso de la mano con la bancarrota moral del vladigeneralato así como con el auge de un gas lacrimógeno que mantiene "democráticamente" a la cholada a raya. En ese escenario neoliberal, privatizador de lo estatal y extranjerizador de lo nacional, obviamente que tiene que desmantelarse todo indicio de industria militar, al extremo que hasta los uniformes son importados. A eso se resume la cacareada "reforma militar". Y claro, el Estado Gendarme encargado de vigilar este "harakiri peruano", es Chile, cuyas FFAA son las "elegidas" por el US Army. ¿Qué alternativa queda? Sólo el proyecto nacional etnocacerista
No hay comentarios.:
Publicar un comentario